"LA PERTINAZ SEQUÍA: ¿AÑO III?"
5.IX.06.
El adjetivo pertinaz, después de su intensa utilización durante la década de 1940 por "S.E. el descabalgado", se ha convertido en el fonema previo a muchas referencias del actual estado de cosas; en lo que a pluviometría se refiere, aquí y ahora, por una seca que puede estar entrando en su tercer año.
Ya sabemos que el clima de la mayor parte de España, no es especialmente benéfico para la agricultura, y que al hecho de unas precipitaciones en general muy menguadas -apenas 700 mm3/año como promedio, frente a 1.200 en la Europa transpirenaica-, se une la circunstancia de su irregularidad, con cortas lluvias torrenciales, y largos periodos sin caer una gota. Hasta el punto de que en las previsiones a doce años, ya sabemos que tres o cuatro serán de más o menos fuerte sequía.
"Por segundo año consecutivo hemos tenido muy magras cosechas de cereales y otros productos de secano. Y lo más preocupante es que algunos embalses ya contienen más cieno que otra cosa" |
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Lo que sucede actualmente, es que a esas fluctuaciones cronológicas conocidas desde hace mucho tiempo, se une la tendencia, cada vez más evidente, del calentamiento global. Según el cual, en las próximas décadas, en España va a llover menos, con penurias hídricas más frecuentes, prolongadas y severas.
El caso innegable es que por segundo año consecutivo, hemos tenido muy magras cosechas de cereales y otros productos de secano, aunque algo mejores que en el ejercicio anterior, que fue de auténtico desastre. Y en ese contexto, lo más preocupante es que, ya en septiembre, aún nos encontramos con niveles térmicos superintensos, y un drenaje continuo de las reservas hídricas, que ya se sitúan por de debajo de la mitad (el 41,6 por 100), con algunos embalses muy castigados, que ya contienen más cieno que otra cosa.
"La cuestión es ardua, sobre todo si se piensa que las necesidades de agua no dejan de crecer por el fuerte aumento de la población, la mejora de la higiene, y también el hábito manirroto de los españoles" |
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La cuestión es ardua, sobre todo si se piensa que las necesidades de agua no dejan de crecer por el fuerte aumento de la población, la mejora de la higiene, y también el hábito manirroto de los españoles y asimilados, que con unas tarifas muy reducidas del líquido elemento (cuesta menos un metro cúbico de agua potable que una coca-cola en un chiringuito), el consumo no deja de crecer. Y para que no se nos acuse de fraccionalismo, tendrá que recordarse que en la agricultura hay todavía muchos casos de derroche hídrico.
Y como siempre las autoridades, "o no saben, o no contestan", como se dice en las encuestas. En otras palabras, seguimos viviendo en la "ciudad alegre y confiada", sin dar un giro de timón a la nave de la política hidráulica que está virtualmente en situación de deriva. No vamos a hacer en este breve espacio un prontuario de las medidas a tomar, pero sirva esta primera crónica de Agrocope en el nuevo curso, al reanudar la actividad tras la pausa estival, para dar una señal de alerta roja; que muchos agricultores ya han percibido, tras las evidencias o previsiones de que dentro de poco el agua de riego, en muchas zonas de España, será objeto de racionamiento.
Catedrático de Estructura Económica
Cátedra Jean Monnet de la UE
Miembro del Club de Roma |